El Itlm. Ayuntamiento de Chucena entrego "La Cepa de Oro" a nuestra Hdad. del Rocío
- Hdad. del Rocío Chucena
- 20 nov 2018
- 3 Min. de lectura
El origen de la devoción rociera de Chucena habría que buscarla, como ocurre con los demás pueblos cercanos, al menos en siglo XIX, por la cercanía de la aldea almonteña y su Romería a nuestro pueblo. Entrado el siglo XX y tras la Coronación Canónica de la imagen de la Virgen del Rocío en 1919, se produce un gran impulso en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz para la creación de nuevas Hermandades Filiales. Tendencia que se detiene por los convulsos años 30 que trajo consigo la Guerra Civil. Posteriormente resurge con fuerza, y es en los años 60 y 70 cuando se dan en nuestro pueblo varios intentos de fundar una Hermandad Rociera, sin que diera el fruto deseado.
Dos décadas después se retoma con fuerza el proyecto contando con el apoyo, antes contrario, del párroco titular.
Se crearía, en 1990, la Asociación Rociera, reconocida por las autoridades eclesiásticas, y a partir de ese momento, es todo un pueblo el que se afana en arropar y apoyar de mil maneras a esta entidad: se adquiere una carreta clásica de madera, se encarga la confección de un Simpecado al bordador local Rafael Polo y se comienza a construir una pequeña capilla en terrenos cedidos por el Ayuntamiento.
Si hubiera que definir lo que supuso para Chucena este proyecto con una sóla palabra sería: ILUSIÓN.
Ilusión a la que se une el esfuerzo y la colaboración de todos los chuceneros, fueran rocieros o no. Y tan sólo cuatro años más tarde, cuatro años de constancia y buen hacer, esta Asociación es reconocida como Hermandad Filial por la Hermandad Matriz de Almonte, presentándose como tal por primera vez, aquella Romería de Pentecostés de 1994 ante la Blanca Paloma, amadrinada por la Hermandad del vecino pueblo de Pilas.
Desde ese momento y a las puertas de cumplir su primer cuarto de siglo de existencia, la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Chucena, se ha convertido en todo un referente en nuestro pueblo. En primer lugar, por el incuestionable valor de la devoción rociera de sus gentes, demostrada cada primavera cuando se ponen en camino, sin importarles las condiciones climatológicas, con la intención central de acudir a venerar en su Santuario a la Reina de Las Marismas.
Y, no menos importante, por la enorme proyección exterior que del pueblo se realiza en esa esperada peregrinación a la Aldea, así como su concurrida participación en todos los actos y cultos que se celebran en la Romería almonteña cada año.
Este movimiento rociero en nuestra localidad ha supuesto un antes y un después en las propias tradiciones chuceneras, aportando nuevas y enriqueciendo las ya existentes. Del mismo modo que ha servido para promocionar en el exterior la imagen de Chucena, sus costumbres, así como la bondad y el saber estar de sus gentes.
Aquel lejano año de 1994 se escuchaba esta sevillana por nuestro pueblo:
“…los últimos hemos sío los chuceneros
como dice la Biblia
los últimos serán los primeros
si es para amarte, Señora
que los últimos seremos, en olvidarte..."
Por los motivos históricos expuestos, y por la proyección exterior a nivel provincial, nacional como internacional, que de nuestro pueblo se ha realizado, que no se circunscribe únicamente al mundo rociero, así como en el beneficio general que la misma ha reportado a la imagen de nuestro municipio, y siendo todo un honor para nuestro pueblo, el Ilustrísimo Ayuntamiento de Chucena, en Sesión Plenaria con fecha 26 de octubre de 2018 acordó por unanimidad, conceder su máximo galardón “LA CEPA DE ORO DE CHUCENA”, a “LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO DE CHUCENA”.
Como bien sabéis parte de la Junta de Gobierno se encuentra en Huelva asistiendo a la Magna Rociera, por ello en su nombre, recoge el Premio:
La Tesorera de la Hermandad. Dª Maribel Jacinto Gutiérrez.
Comentários